Por Jose Ernesto Herrera |27 de agosto de 2024, 18:55 PM

En las montañas de Abangares, el oro ha sido extraído por generaciones de personas que han perfeccionado su oficio en una región rica en historia y tradición minera.

Nos adentramos en una de estas minas para conocer de cerca el arduo proceso de extracción de oro, acompañados por Miguel Guzmán, un coligallero con más de 20 años de experiencia en el oficio (repase la nota completa en el video adjunto). 

Exploración y descubrimiento de la veta

El proceso comienza con la búsqueda de vetas de oro, que son pequeñas concentraciones de este metal precioso incrustadas en la roca. Los coligalleros, utilizando su conocimiento y experiencia, siguen pistas geológicas como la presencia de cuarzo, un mineral que frecuentemente acompaña al oro. 

La exploración de la veta es un trabajo minucioso que puede llevar días o semanas, y que requiere picar la roca y analizar pequeños fragmentos en busca de indicios de oro.

Extracción y transporte del material

Una vez localizada una veta, comienza la extracción del material. Los coligalleros utilizan herramientas como picos, martillos y taladros manuales o neumáticos para separar la roca del filón de oro. Este trabajo, realizado en estrechos túneles, es físicamente exigente y conlleva riesgos debido a posibles desprendimientos y la escasa ventilación.

El material extraído, que puede ser roca o tierra con partículas de oro, es transportado fuera de la mina en sacos o vagonetas. Dentro de las minas, es común escuchar el eco del trabajo de otros coligalleros, ya que el sonido viaja con facilidad a través de los túneles, recordando que la minería en Abangares es un esfuerzo comunitario.

Molienda del mineral

Una vez fuera de la mina, el material es llevado a un molino, donde se pulveriza hasta convertirlo en una fina arena. Este proceso es crucial, puesto que el oro se encuentra mezclado con otros minerales, y la molienda facilita la separación en etapas posteriores. 

Los molinos pueden ser accionados manualmente o mediante motores, dependiendo de los recursos disponibles.

Rastras y lixiviación

Después de la molienda, el mineral pulverizado se somete a un proceso conocido como “rastras”. Este término se refiere a una serie de molinos más pequeños o tambores giratorios donde el material se mezcla con agua y mercurio, un método tradicional para capturar las partículas de oro. El mercurio se une al oro formando una amalgama, que luego se separa del resto del mineral.

El siguiente paso es la lixiviación, un proceso químico donde el material restante es tratado con cianuro o cloro, lo que permite disolver el oro y separarlo de otros metales presentes. Este método, aunque efectivo, requiere un manejo cuidadoso debido a los peligros asociados con las sustancias químicas utilizadas.

Fundición y refinado

Una vez obtenido el oro en forma de amalgama o solución, se procede a su fundición. El oro se calienta a altas temperaturas en hornos especiales, lo que permite separar los últimos residuos de mercurio o impurezas y obtener el oro puro. 

Este proceso final revela el característico color dorado del oro, que se funde en pequeñas barras o pepitas.

Evaluación y venta

El oro obtenido se pesa y evalúa en términos de pureza y calidad. En Abangares, el valor del oro puede variar, pero actualmente, dos gramos de oro pueden tener un valor aproximado de ₡50.000. Los coligalleros venden su producción a intermediarios o directamente en el mercado local, donde este metal precioso sigue siendo una fuente vital de ingresos.

Este proceso no solo refleja el arduo trabajo y la habilidad de los coligalleros, sino también los desafíos de una actividad que combina métodos tradicionales con técnicas más modernas, todo en un entorno que exige resistencia y determinación. 

La minería en Abangares es más que un oficio: es una parte integral de la cultura y la identidad de la región.

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